Caracas History

Tonny
Caracas History

Cultura, Historia y mucho mas

La casa del Libertador Simón Bolívar, utilizada antes de 1910 como almacén, fue adquirida por el estado en 1912, durante el régimen de Gómez, como mecanismo ideológico para consolidar la imagen del país. Las obras de restauración, en las que se insertaron nuevos elementos de estilo colonial, estuvieron a cargo del ingeniero Vicente Lecuna. El proyecto intentó valorar la arquitectura colonial exponiendo lo que consideraba característicamente caraqueño, generando todo un catálogo de elementos que fueron incorporados a la deteriorada casa burguesa del siglo XVII y convirtieron una sencilla casa de patio, en un palacio. La vivienda, de una sola planta, construida entre medianeras, posee patios interiores rodeados por corredores y habitaciones, entre las cuales destacan la Sala Principal, la Alcoba y el Gabinete, que ocupan el cuerpo frontal. En el patio principal se exhibe la pila donde fue bautizado el Libertador, antes ubicada en la catedral; el segundo patio era utilizado para los servicios. Así, la casa se convirtió en el paradigma de la arquitectura colonial, con muros revestidos de mármol imitando sillería, un portal de piedra coronado por el escudo de los Bolívar, nobles materiales, maderas y mobiliario de época. El decorado incluye pinturas de Tito Salas (1887-1974) que ilustran episodios de la historia de Venezuela, y cuadros de Arturo Michelena (1863-1898) y Martín Tovar y Tovar (1827-1902). En 1989 fue intervenida por Ramón Paolini, quien restituyó algunos elementos deteriorados y modificó otros, dejando intactos los demás componentes del monumento neocolonial.
13 penduduk tempatan mengesyorkan
Rumah Kelahiran Simón Bolívar
Avenida Universidad
13 penduduk tempatan mengesyorkan
La casa del Libertador Simón Bolívar, utilizada antes de 1910 como almacén, fue adquirida por el estado en 1912, durante el régimen de Gómez, como mecanismo ideológico para consolidar la imagen del país. Las obras de restauración, en las que se insertaron nuevos elementos de estilo colonial, estuvieron a cargo del ingeniero Vicente Lecuna. El proyecto intentó valorar la arquitectura colonial exponiendo lo que consideraba característicamente caraqueño, generando todo un catálogo de elementos que fueron incorporados a la deteriorada casa burguesa del siglo XVII y convirtieron una sencilla casa de patio, en un palacio. La vivienda, de una sola planta, construida entre medianeras, posee patios interiores rodeados por corredores y habitaciones, entre las cuales destacan la Sala Principal, la Alcoba y el Gabinete, que ocupan el cuerpo frontal. En el patio principal se exhibe la pila donde fue bautizado el Libertador, antes ubicada en la catedral; el segundo patio era utilizado para los servicios. Así, la casa se convirtió en el paradigma de la arquitectura colonial, con muros revestidos de mármol imitando sillería, un portal de piedra coronado por el escudo de los Bolívar, nobles materiales, maderas y mobiliario de época. El decorado incluye pinturas de Tito Salas (1887-1974) que ilustran episodios de la historia de Venezuela, y cuadros de Arturo Michelena (1863-1898) y Martín Tovar y Tovar (1827-1902). En 1989 fue intervenida por Ramón Paolini, quien restituyó algunos elementos deteriorados y modificó otros, dejando intactos los demás componentes del monumento neocolonial.
Más de dos mil ciudades fueron fundadas en América Latina siguiendo el canon del «damero de Indias». En la ciudad de Caracas, el damero fundacional corresponde al trazado de veinticinco manzanas de cien por cien metros, siguiendo la mejor orientación hacia los vientos y la luz 2, dentro del valle de San Francisco, entre las quebradas de Anauco y Caroata, en sentido norte-sur, limitadas por el río Guaire al sur y el Ávila al norte. La Plaza Mayor ―actual plaza Bolívar―, la cuadra vacía inicial de la ciudad recién fundada, se estrena como mercado, con la Iglesia y el edificio de gobierno en lotes vecinos, como era tradición en las ciudades creadas bajo las directrices de las Leyes de Indias. En la esquina noreste se construye la Catedral, vinculada en el período republicano, con el Panteón Nacional, situado en el extremo norte de la urbe hacia el Ávila. Vecinos a la iglesia, alrededor de la plaza, se hallan el actual Museo Sacro; el Palacio Arzobispal y el Palacio Municipal. En el borde norte están la casa de gobierno o Palacio de la Gobernación, y en la esquina noroeste, la Casa Amarilla.
Caracas
Más de dos mil ciudades fueron fundadas en América Latina siguiendo el canon del «damero de Indias». En la ciudad de Caracas, el damero fundacional corresponde al trazado de veinticinco manzanas de cien por cien metros, siguiendo la mejor orientación hacia los vientos y la luz 2, dentro del valle de San Francisco, entre las quebradas de Anauco y Caroata, en sentido norte-sur, limitadas por el río Guaire al sur y el Ávila al norte. La Plaza Mayor ―actual plaza Bolívar―, la cuadra vacía inicial de la ciudad recién fundada, se estrena como mercado, con la Iglesia y el edificio de gobierno en lotes vecinos, como era tradición en las ciudades creadas bajo las directrices de las Leyes de Indias. En la esquina noreste se construye la Catedral, vinculada en el período republicano, con el Panteón Nacional, situado en el extremo norte de la urbe hacia el Ávila. Vecinos a la iglesia, alrededor de la plaza, se hallan el actual Museo Sacro; el Palacio Arzobispal y el Palacio Municipal. En el borde norte están la casa de gobierno o Palacio de la Gobernación, y en la esquina noroeste, la Casa Amarilla.
A fines del siglo XIX, para la celebración del centenario del natalicio del Libertador, Guzmán Blanco ordena reconstruir la iglesia de la Santísima Trinidad, de Juan Domingo del Sacramento Infante, destruida por el terremoto de 1812, y la convierte en el Panteón Nacional. Los trabajos, previamente diseñados por Solano, fueron confiados a Juan Hurtado Manrique, Julián Churión, Tomás Soriano y Roberto García, quienes los concluyeron en 1875. Para su inauguración, en 1875, trasladaron al lugar los restos de Francisco Rodríguez del Toro, Ezequiel Zamora, José Gregorio Monagas, Manuel Ezequiel Bruzual y Juan Crisóstomo Falcón, y en 1876, los de Simón Bolívar. Para el centenario de la Independencia, el edificio fue nuevamente intervenido. El proyecto a cargo de Chataing, llevó a cabo modificaciones en la fachada, reparó las armaduras y los techos y cambió la decoración interior. En 1929, es contratado el vasco Manuel Mújica Millán para restaurarlo. Mujica lo interviene fuertemente y le imprime su sello, agregando la torre central, de 48 metros de altura, y cambiando el estilo de la fachada. El Panteón Nacional está dividido en tres naves, y su interior alberga magistrales lienzos de Antonio Salas Díaz que narran episodios de la vida de Bolívar. En él reposan los restos de 140 personajes ilustres, desde el general irlandés Daniel O’Leary o el coronel italiano Agustín Codazzi, hasta la compositora Teresa Carreño y la novelista Teresa de la Parra. El altar mayor estuvo ocupado por el monumento a Simón Bolívar, que hoy se ubica al interior del mausoleo, una monumental pieza que convirtió al Panteón en su hall de acceso, desvirtuando su concepción arquitectónica y valor histórico. La edificación es Monumento Nacional desde el 25 de julio de 2002.
8 penduduk tempatan mengesyorkan
Pantheon Kebangsaan Venezuela
8 penduduk tempatan mengesyorkan
A fines del siglo XIX, para la celebración del centenario del natalicio del Libertador, Guzmán Blanco ordena reconstruir la iglesia de la Santísima Trinidad, de Juan Domingo del Sacramento Infante, destruida por el terremoto de 1812, y la convierte en el Panteón Nacional. Los trabajos, previamente diseñados por Solano, fueron confiados a Juan Hurtado Manrique, Julián Churión, Tomás Soriano y Roberto García, quienes los concluyeron en 1875. Para su inauguración, en 1875, trasladaron al lugar los restos de Francisco Rodríguez del Toro, Ezequiel Zamora, José Gregorio Monagas, Manuel Ezequiel Bruzual y Juan Crisóstomo Falcón, y en 1876, los de Simón Bolívar. Para el centenario de la Independencia, el edificio fue nuevamente intervenido. El proyecto a cargo de Chataing, llevó a cabo modificaciones en la fachada, reparó las armaduras y los techos y cambió la decoración interior. En 1929, es contratado el vasco Manuel Mújica Millán para restaurarlo. Mujica lo interviene fuertemente y le imprime su sello, agregando la torre central, de 48 metros de altura, y cambiando el estilo de la fachada. El Panteón Nacional está dividido en tres naves, y su interior alberga magistrales lienzos de Antonio Salas Díaz que narran episodios de la vida de Bolívar. En él reposan los restos de 140 personajes ilustres, desde el general irlandés Daniel O’Leary o el coronel italiano Agustín Codazzi, hasta la compositora Teresa Carreño y la novelista Teresa de la Parra. El altar mayor estuvo ocupado por el monumento a Simón Bolívar, que hoy se ubica al interior del mausoleo, una monumental pieza que convirtió al Panteón en su hall de acceso, desvirtuando su concepción arquitectónica y valor histórico. La edificación es Monumento Nacional desde el 25 de julio de 2002.
La Ermita de Nuestra Señora de Valvarena, en el tope del cerro, era lugar de peregrinación durante Semana Santa. La gran escalinata de ciento diez escalones que da acceso al parque constituye la característica más resaltante del primer parque urbano de la Caracas decimonónica. La colina, entonces límite occidental de la ciudad, era el mirador predilecto de los dibujantes. En 1873, Antonio Guzmán Blanco se empeña en sacar a Caracas de su sopor provinciano, e incorpora la colina a la ciudad con un sentido urbano. El proyecto consistió en la reforestación de la árida colina, a partir de una laguna artificial, que funcionaba como acueducto central de la capital. Los tanques recibían las aguas de río Macarao, y garantizaban el riego del paseo. A partir de la laguna, se crea una sucesión de estanques cruzada por zigzagueantes calles y miradores, integrando la idea del parque natural inglés con la geometría de la jardinería francesa, y creando una secuencia axial de terrazas, con barandas de piedra, redomas y lechos de flores que se enlazan, a traves de las escalinatas, a la ciudad. El paseo se articula mediante senderos que conducen a las plazas Simón Bolívar, Agustín Codazzi, El Gazebo y El Parnaso; y alberga varias obras de interés, como la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes (1885), el Arco de la Federación (1895) y el Observatorio Cajigal (1888). La importancia del parque ha disminuido, ya que ha perdido buena parte de su área original, de 21 hectáreas. Hoy remozado, sigue ofreciendo magníficas perspectivas de la ciudad
El Calvario
1030 La Planicie
La Ermita de Nuestra Señora de Valvarena, en el tope del cerro, era lugar de peregrinación durante Semana Santa. La gran escalinata de ciento diez escalones que da acceso al parque constituye la característica más resaltante del primer parque urbano de la Caracas decimonónica. La colina, entonces límite occidental de la ciudad, era el mirador predilecto de los dibujantes. En 1873, Antonio Guzmán Blanco se empeña en sacar a Caracas de su sopor provinciano, e incorpora la colina a la ciudad con un sentido urbano. El proyecto consistió en la reforestación de la árida colina, a partir de una laguna artificial, que funcionaba como acueducto central de la capital. Los tanques recibían las aguas de río Macarao, y garantizaban el riego del paseo. A partir de la laguna, se crea una sucesión de estanques cruzada por zigzagueantes calles y miradores, integrando la idea del parque natural inglés con la geometría de la jardinería francesa, y creando una secuencia axial de terrazas, con barandas de piedra, redomas y lechos de flores que se enlazan, a traves de las escalinatas, a la ciudad. El paseo se articula mediante senderos que conducen a las plazas Simón Bolívar, Agustín Codazzi, El Gazebo y El Parnaso; y alberga varias obras de interés, como la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes (1885), el Arco de la Federación (1895) y el Observatorio Cajigal (1888). La importancia del parque ha disminuido, ya que ha perdido buena parte de su área original, de 21 hectáreas. Hoy remozado, sigue ofreciendo magníficas perspectivas de la ciudad
La historia señala que en este lugar, ubicado al sur de la plaza Bolívar, estuvo la capilla del Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima. El edificio fue testigo de significativos acontecimientos históricos, como el surgimiento de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, el Congreso Constituyente, la firma del Acta de la Independencia y el funcionamiento del Cabildo de Caracas. Su imagen actual es resultado las intervenciones de dos grandes arquitectos. En 1872, con el cierre del seminario por orden de Guzmán Blanco, Hurtado Manrique reconstruye el edificio, acondicionándolo como sede para los Tribunales de Justicia, la Gobernación y la Comandancia de Policía; y convirtió la capilla en el salón de sesiones del Concejo Municipal. Más tarde, en 1904, Cipriano Castro encarga a Alejandro Chataing la ejecución de la última gran reforma, de estilo neoclásico, concluida en 1906. El palacio, situado en una esquina, está organizado a partir de un patio central llamado «el patio de los leones», rodeado por corredores y una fuente. Su ecléctica fachada está constituida por tres planos. El acceso en el plano central, está enmarcado por pilastras dobles de orden compuesto, vinculadas por zócalos. Sobre el acceso se asoma un balcón que remata en un frontis triangular. Las ventanas inferiores tienen arcos de medio punto, y las de arriba, balcones y una cornisa ornamental. El Palacio, restaurado en 2011 es Monumento Histórico Nacional desde 1979. En la actualidad es sede de la Alcaldía de Libertador, y alberga el Museo de Caracas.
Palacio Municipal de Caracas
Avenida Sur 2
La historia señala que en este lugar, ubicado al sur de la plaza Bolívar, estuvo la capilla del Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima. El edificio fue testigo de significativos acontecimientos históricos, como el surgimiento de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, el Congreso Constituyente, la firma del Acta de la Independencia y el funcionamiento del Cabildo de Caracas. Su imagen actual es resultado las intervenciones de dos grandes arquitectos. En 1872, con el cierre del seminario por orden de Guzmán Blanco, Hurtado Manrique reconstruye el edificio, acondicionándolo como sede para los Tribunales de Justicia, la Gobernación y la Comandancia de Policía; y convirtió la capilla en el salón de sesiones del Concejo Municipal. Más tarde, en 1904, Cipriano Castro encarga a Alejandro Chataing la ejecución de la última gran reforma, de estilo neoclásico, concluida en 1906. El palacio, situado en una esquina, está organizado a partir de un patio central llamado «el patio de los leones», rodeado por corredores y una fuente. Su ecléctica fachada está constituida por tres planos. El acceso en el plano central, está enmarcado por pilastras dobles de orden compuesto, vinculadas por zócalos. Sobre el acceso se asoma un balcón que remata en un frontis triangular. Las ventanas inferiores tienen arcos de medio punto, y las de arriba, balcones y una cornisa ornamental. El Palacio, restaurado en 2011 es Monumento Histórico Nacional desde 1979. En la actualidad es sede de la Alcaldía de Libertador, y alberga el Museo de Caracas.
El edificio de estilo colonial situado frente a la Plaza Bolívar, se construyó en un lote donde funcionó el antiguo cementerio de la Catedral de Caracas, por decisión del Cabildo en 1673, que luego serviría como cárcel eclesiástica durante los siglos XVII y XVIII. En 1872, dejó de funcionar como cementerio ya que, por decreto de Antonio Guzmán Blanco, se había creado el Cementerio General del Sur, por lo que se prohibió la inhumación en los viejos cementerios de la ciudad, incluyendo las iglesias y capillas. La realización del edificio, tal como está actualmente ―una pequeña edificación de planta rectangular, organizada alrededor de un patio colonial, rodeado por corredores cubiertos― fue ordenada por el obispo Críspulo Uzcátegui en 1884, como sede para el Colegio Episcopal. Hecho de materiales austeros, como piedras, ladrillo y tapia, en su interior se encuentran un osario y doce criptas selladas, donde se cree reposan los restos de los primeros obispos de la ciudad. En 1981 fue declarado Monumento Histórico Nacional y luego restaurado por el arquitecto Ramón Paolini. Desde 1993 funciona como Museo Sacro de Caracas, y en él se exhiben valiosas obras de arte religioso colonial, así como piezas de orfebrería y ornamentos litúrgicos.
Museo Sacro de Caracas
Avenida Este 2
El edificio de estilo colonial situado frente a la Plaza Bolívar, se construyó en un lote donde funcionó el antiguo cementerio de la Catedral de Caracas, por decisión del Cabildo en 1673, que luego serviría como cárcel eclesiástica durante los siglos XVII y XVIII. En 1872, dejó de funcionar como cementerio ya que, por decreto de Antonio Guzmán Blanco, se había creado el Cementerio General del Sur, por lo que se prohibió la inhumación en los viejos cementerios de la ciudad, incluyendo las iglesias y capillas. La realización del edificio, tal como está actualmente ―una pequeña edificación de planta rectangular, organizada alrededor de un patio colonial, rodeado por corredores cubiertos― fue ordenada por el obispo Críspulo Uzcátegui en 1884, como sede para el Colegio Episcopal. Hecho de materiales austeros, como piedras, ladrillo y tapia, en su interior se encuentran un osario y doce criptas selladas, donde se cree reposan los restos de los primeros obispos de la ciudad. En 1981 fue declarado Monumento Histórico Nacional y luego restaurado por el arquitecto Ramón Paolini. Desde 1993 funciona como Museo Sacro de Caracas, y en él se exhiben valiosas obras de arte religioso colonial, así como piezas de orfebrería y ornamentos litúrgicos.
Construido entre 1942 y 1945, es el primer desarrollo de renovación urbana y viviendas multifamiliares llevado a cabo en Caracas por un el Banco Obrero, una institución del estado, que transformó radicalmente una zona urbana de pobreza extrema carente de condiciones sanitarias en un hito de la ciudad. Su trazado axial, con manzanas en formas cuadradas y triangulares, configuró un nodo vial en forma de “Y” donde convergen las avenidas San Martín y Bolívar, así como al enlace noroeste con la avenida Sucre, hacia Catia, en cuya confluencia se ubica la plaza O’Leary. Este espacio, de forma rectangular, es el centro emblemático de la urbanización y se aviva con las fuentes adornadas por las esculturas en piedra porosa color marfil, obra de Francisco Narváez (1905-1982). El conjunto está conformado por siete bloques de vivienda con formas distintas en cada manzana y consta de 747 apartamentos en los pisos superiores y 207 locales comerciales en la planta baja, circundados por arcadas de columnas panzudas. Los edificios, que abrazan espacios internos arbolados sobre los que se proyectan balcones profundos, tienen cuatro pisos, exceptuado el Bloque 1, que alcanza las siete plantas y se impone sobre el conjunto. Cada bloque luce un portal de entrada inspirado en la arquitectura vernácula colonial venezolana y se expresa en molduras de diseños variados. Debido a las características de su arquitectura moderna, a la composición e implantación del conjunto en la trama citadina, y a la forma en la que recreó la tipología de la vivienda social con un nuevo escenario de paredes continuas de usos mixtos con calidad urbana, fue declarado Bien de Interés Cultural de la Nación. La Plaza O’Leary (1941), con su acceso vehicular a través del túnel debajo de las torres del Centro Simón Bolívar, es una de las experiencias espaciales modernas de mayor fuerza del casco central de Caracas. Su lado oeste está marcado por las arcadas comerciales del conjunto residencial El Silencio, diseñado por Carlos Raúl Villanueva. La plaza, rectangular de esquinas redondeadas, luce dos fuentes centrales del maestro Francisco Narváez, adornada con figuras de ninfas y delfines ―las llamadas «Toninas»―, que vierten agua de manera copiosa sobre un espejo de agua, reforzando el movimiento y el recorrido como parte de los principios esenciales de la modernidad.
El Silencio
Construido entre 1942 y 1945, es el primer desarrollo de renovación urbana y viviendas multifamiliares llevado a cabo en Caracas por un el Banco Obrero, una institución del estado, que transformó radicalmente una zona urbana de pobreza extrema carente de condiciones sanitarias en un hito de la ciudad. Su trazado axial, con manzanas en formas cuadradas y triangulares, configuró un nodo vial en forma de “Y” donde convergen las avenidas San Martín y Bolívar, así como al enlace noroeste con la avenida Sucre, hacia Catia, en cuya confluencia se ubica la plaza O’Leary. Este espacio, de forma rectangular, es el centro emblemático de la urbanización y se aviva con las fuentes adornadas por las esculturas en piedra porosa color marfil, obra de Francisco Narváez (1905-1982). El conjunto está conformado por siete bloques de vivienda con formas distintas en cada manzana y consta de 747 apartamentos en los pisos superiores y 207 locales comerciales en la planta baja, circundados por arcadas de columnas panzudas. Los edificios, que abrazan espacios internos arbolados sobre los que se proyectan balcones profundos, tienen cuatro pisos, exceptuado el Bloque 1, que alcanza las siete plantas y se impone sobre el conjunto. Cada bloque luce un portal de entrada inspirado en la arquitectura vernácula colonial venezolana y se expresa en molduras de diseños variados. Debido a las características de su arquitectura moderna, a la composición e implantación del conjunto en la trama citadina, y a la forma en la que recreó la tipología de la vivienda social con un nuevo escenario de paredes continuas de usos mixtos con calidad urbana, fue declarado Bien de Interés Cultural de la Nación. La Plaza O’Leary (1941), con su acceso vehicular a través del túnel debajo de las torres del Centro Simón Bolívar, es una de las experiencias espaciales modernas de mayor fuerza del casco central de Caracas. Su lado oeste está marcado por las arcadas comerciales del conjunto residencial El Silencio, diseñado por Carlos Raúl Villanueva. La plaza, rectangular de esquinas redondeadas, luce dos fuentes centrales del maestro Francisco Narváez, adornada con figuras de ninfas y delfines ―las llamadas «Toninas»―, que vierten agua de manera copiosa sobre un espejo de agua, reforzando el movimiento y el recorrido como parte de los principios esenciales de la modernidad.
La antigua plaza San Jacinto se origina a raíz de la construcción por parte de los dominicos del Convento de San Jacinto en 1591, al este de la Plaza Mayor. Durante los Siglos XVII y XVIII, el Convento que exhibió con majestuosidad sus capillas, retablos y altares, fue lugar de formación de los prominentes mantuanos de Santiago de León. Hoy la plaza esta rodeada de algunas edificaciones coloniales, como la casa del Libertador y el Museo Bolívariano. Por sugerencia de Alexander von Humboldt, fue dotada de un reloj de sol en 1802. En 1809, la plaza pasaría a ser mercado. Durante el terremoto de 1812, el convento fue destruido. El Ayuntamiento toma parte del terreno para su sede y la otra para una cárcel pública (1828), entre cuyos prisioneros estuvo Antonio Leocadio Guzmán. Posteriormente, su hijo, Antonio Guzmán Blanco, como presidente, decide colocar ahí una estatua en honor a su padre y la renombra plaza El Venezolano (1882). Al poco tiempo de su salida del poder, la escultura es removida del lugar pero, en 1893, por orden de Joaquín Crespo, es colocada nuevamente el sitio. La plaza funcionó como mercado hasta 1947. En 1967, se encarga un proyecto de reforma de la plaza a Tomás Sanabria, quien restituye el sentido de la plaza introduciendo una replica del reloj de sol original y sugiere con un ambicioso plan de renovación interconectarla con un sistema peatonal con emblemáticas edificaciones cercanas. En 2010, en el bicentenario de la declaración de Independencia, se colocó en la plaza el monumento «19 de abril de 1810», un burdo obelisco metálico rojo y negro, de base cilíndrica y 47 metros de altura, desvirtuando la escala y el carácter del plaza.
Plaza El Venezolano
Avenida Sur 1
La antigua plaza San Jacinto se origina a raíz de la construcción por parte de los dominicos del Convento de San Jacinto en 1591, al este de la Plaza Mayor. Durante los Siglos XVII y XVIII, el Convento que exhibió con majestuosidad sus capillas, retablos y altares, fue lugar de formación de los prominentes mantuanos de Santiago de León. Hoy la plaza esta rodeada de algunas edificaciones coloniales, como la casa del Libertador y el Museo Bolívariano. Por sugerencia de Alexander von Humboldt, fue dotada de un reloj de sol en 1802. En 1809, la plaza pasaría a ser mercado. Durante el terremoto de 1812, el convento fue destruido. El Ayuntamiento toma parte del terreno para su sede y la otra para una cárcel pública (1828), entre cuyos prisioneros estuvo Antonio Leocadio Guzmán. Posteriormente, su hijo, Antonio Guzmán Blanco, como presidente, decide colocar ahí una estatua en honor a su padre y la renombra plaza El Venezolano (1882). Al poco tiempo de su salida del poder, la escultura es removida del lugar pero, en 1893, por orden de Joaquín Crespo, es colocada nuevamente el sitio. La plaza funcionó como mercado hasta 1947. En 1967, se encarga un proyecto de reforma de la plaza a Tomás Sanabria, quien restituye el sentido de la plaza introduciendo una replica del reloj de sol original y sugiere con un ambicioso plan de renovación interconectarla con un sistema peatonal con emblemáticas edificaciones cercanas. En 2010, en el bicentenario de la declaración de Independencia, se colocó en la plaza el monumento «19 de abril de 1810», un burdo obelisco metálico rojo y negro, de base cilíndrica y 47 metros de altura, desvirtuando la escala y el carácter del plaza.
El Museo de Ciencias, desarrollado en la etapa clasisista de Villanueva e inaugurado en 1940, ensambla junto al Museo de Bellas Artes un conjunto armonioso que construye una la plaza central que sirve como antesala al Parque Los Caobos. A pesar su esquema de composición beauxartiano, el Museo de Ciencias, adopta una solución espacial opuesta a la establecida en el Museo de Bellas Artes: Villanueva propone un museo vertical de dos plantas, donde la valoración de su espacialidad gira alrededor de un sistema de escaleras y de un lucernario que lo acerca al lenguaje académico. Hacia la plaza presenta una fachada de mayor dimensión, marcada por una monumental columnata curva que reproduce la forma circular de la planta. Su interior se desarrolla a partir de la secuencia de tres espacios: uno frontal establecido por las dos alas laterales, el segundo de carácter central, estructurado por un vacío de doble altura que acusa la circulación vertical y la presencia del lucernario, y el tercero posterior, marcado por un pequeño patio de planta cuadrada, que aparece dentro de la edificación como un pozo de luz. En la composición del edificio, se conjuga la visión neoclasisista y la valoración de la atmósfera tropical. Su fachada exhibe ornamentos y tres relieves de Francisco Narváez (1905-1982).
Museum of Natural Sciences
El Museo de Ciencias, desarrollado en la etapa clasisista de Villanueva e inaugurado en 1940, ensambla junto al Museo de Bellas Artes un conjunto armonioso que construye una la plaza central que sirve como antesala al Parque Los Caobos. A pesar su esquema de composición beauxartiano, el Museo de Ciencias, adopta una solución espacial opuesta a la establecida en el Museo de Bellas Artes: Villanueva propone un museo vertical de dos plantas, donde la valoración de su espacialidad gira alrededor de un sistema de escaleras y de un lucernario que lo acerca al lenguaje académico. Hacia la plaza presenta una fachada de mayor dimensión, marcada por una monumental columnata curva que reproduce la forma circular de la planta. Su interior se desarrolla a partir de la secuencia de tres espacios: uno frontal establecido por las dos alas laterales, el segundo de carácter central, estructurado por un vacío de doble altura que acusa la circulación vertical y la presencia del lucernario, y el tercero posterior, marcado por un pequeño patio de planta cuadrada, que aparece dentro de la edificación como un pozo de luz. En la composición del edificio, se conjuga la visión neoclasisista y la valoración de la atmósfera tropical. Su fachada exhibe ornamentos y tres relieves de Francisco Narváez (1905-1982).
Las obras de la etapa ecléctica de Villanueva representan la más rigurosa axialidad, siguiendo tradición beauxartiana francesa. Sin embargo el Museo de Bellas Artes y el de Ciencias corresponden a una concepción tipológica novedosa donde patios, corredores y salas permitieron perpetuar una iconografía monumental independiente inédita hasta entonces en la ciudad. Desde el punto de vista urbano, el Museo de Bellas Artes, prolonga sus fachadas para construir un trozo de ciudad, un espacio público balanceado y simétrico. La forma del edificio nace de la geometría radial, estableciendo a partir del eje, una secuencia de espacios que dan cuerpo a la edificación, y su modesto programa se organiza alrededor del patio a partir del cual se accede a salas de agradables proporciones. El pórtico de acceso enmarcado por cuatro columnas es el punto a partir del cual se abren dos fachadas laterales dispuestas como dos monumentales columnatas. Hacia el interior, un corredor principal bordea el patio abierto en forma de abanico. Según Sybil Moholy Nagy, el encanto del Museo radica en el «ritmo interior-exterior de sus salas». La fachada neoclásica exhibe tres relieves en los que representa figuras femeninas alegóricas a la pintura, la escultura y la arquitectura, obra de Francisco Narváez (1905-1984). Al interior destacan tres obras em-blemáticas modernas: La Ciudad de Alexander Calder; Cubo de Nylon de Jesús Soto y Estructura solar de Alejandro Otero. El Museo fué ampliado en 1952.
7 penduduk tempatan mengesyorkan
Museum of Fine Arts
Avenida Libertador
7 penduduk tempatan mengesyorkan
Las obras de la etapa ecléctica de Villanueva representan la más rigurosa axialidad, siguiendo tradición beauxartiana francesa. Sin embargo el Museo de Bellas Artes y el de Ciencias corresponden a una concepción tipológica novedosa donde patios, corredores y salas permitieron perpetuar una iconografía monumental independiente inédita hasta entonces en la ciudad. Desde el punto de vista urbano, el Museo de Bellas Artes, prolonga sus fachadas para construir un trozo de ciudad, un espacio público balanceado y simétrico. La forma del edificio nace de la geometría radial, estableciendo a partir del eje, una secuencia de espacios que dan cuerpo a la edificación, y su modesto programa se organiza alrededor del patio a partir del cual se accede a salas de agradables proporciones. El pórtico de acceso enmarcado por cuatro columnas es el punto a partir del cual se abren dos fachadas laterales dispuestas como dos monumentales columnatas. Hacia el interior, un corredor principal bordea el patio abierto en forma de abanico. Según Sybil Moholy Nagy, el encanto del Museo radica en el «ritmo interior-exterior de sus salas». La fachada neoclásica exhibe tres relieves en los que representa figuras femeninas alegóricas a la pintura, la escultura y la arquitectura, obra de Francisco Narváez (1905-1984). Al interior destacan tres obras em-blemáticas modernas: La Ciudad de Alexander Calder; Cubo de Nylon de Jesús Soto y Estructura solar de Alejandro Otero. El Museo fué ampliado en 1952.

Lugares de interés

El Ávila es una suerte, un verdadero privilegio, que permanece inmutable, que domina un valle de gracia, robado a la naturaleza, donde se fundó la ciudad.» Blanca Strepponi Nuestra naturaleza mental El cerro Ávila, también denominado Parque Nacional Waraira Repano (que en lengua indígena significa «sierra grande»), separa la capital de la costa pero a su vez es su vinculo. Se tiende como parte de la cordillera de la costa de occidente a oriente, con una superficie de 85.192 ha. entre el mar Caribe y el valle de Caracas ubicado entre los 900 y los 1.000 mnsm. EL Ávila ha formado parte de la historia del país y de la capital: ha sido testigo de los aventureros que emprendieron la conquista; los piratas que descifraron los misterios de sus caminos para encontrar una Caracas que para ese entonces era un caserio de chozas primitivas y humildes campesinos. Más tarde geógrafos y naturalistas eminentes como Alexander Von Humboldt, venidos desde otras latitudes imaginaron y describieron sus tesoros. También los viajeros, los poetas y pintores han dejado sus huellas inspirados en sus variantes follajes coloreados por el sol y su silueta nocturna, confirmándolo como «el emblema» de la ciudad de Caracas, como la línea que delimita el horizonte de los caraqueños, el marco inmóvil de todo lo construido, el envoltorio de todos los sentidos.
19 penduduk tempatan mengesyorkan
Taman Negara El Ávila
Subida Sabas Nieves
19 penduduk tempatan mengesyorkan
El Ávila es una suerte, un verdadero privilegio, que permanece inmutable, que domina un valle de gracia, robado a la naturaleza, donde se fundó la ciudad.» Blanca Strepponi Nuestra naturaleza mental El cerro Ávila, también denominado Parque Nacional Waraira Repano (que en lengua indígena significa «sierra grande»), separa la capital de la costa pero a su vez es su vinculo. Se tiende como parte de la cordillera de la costa de occidente a oriente, con una superficie de 85.192 ha. entre el mar Caribe y el valle de Caracas ubicado entre los 900 y los 1.000 mnsm. EL Ávila ha formado parte de la historia del país y de la capital: ha sido testigo de los aventureros que emprendieron la conquista; los piratas que descifraron los misterios de sus caminos para encontrar una Caracas que para ese entonces era un caserio de chozas primitivas y humildes campesinos. Más tarde geógrafos y naturalistas eminentes como Alexander Von Humboldt, venidos desde otras latitudes imaginaron y describieron sus tesoros. También los viajeros, los poetas y pintores han dejado sus huellas inspirados en sus variantes follajes coloreados por el sol y su silueta nocturna, confirmándolo como «el emblema» de la ciudad de Caracas, como la línea que delimita el horizonte de los caraqueños, el marco inmóvil de todo lo construido, el envoltorio de todos los sentidos.

Gastronomía

Paramo Café, es una mezcla proveniente de las mejores haciendas cafeteras ubicadas en las principales regiones andinas de Venezuela (Táchira, Mérida y Trujillo), donde se sigue un riguroso proceso de selección, secado y tostado por nuestros especialistas en torrefacción. Paramo Café, realza y representa la calidad de los granos de café venezolanos, y es producto gourmet accesible a todos los consumidores. Como fanáticos del café y exploradores de nuevos, finos y exquisitos sabores, creamos Paramo Café. Nacimos con la misión de ofrecer el más exquisito café venezolano, buscando repotenciar la gran calidad de nuestros granos, reconocidos mundialmente. Es así como creamos un producto accesible a todos los consumidores para ser degustado en espacios únicos y cálidos, donde las personas se reúnan para compartir agradables momentos y tener una experiencia 100% placentera, servidos con una esmerada atención en las locaciones más icónicas de nuestro país.
Páramo Café
PB Avenida 1
Paramo Café, es una mezcla proveniente de las mejores haciendas cafeteras ubicadas en las principales regiones andinas de Venezuela (Táchira, Mérida y Trujillo), donde se sigue un riguroso proceso de selección, secado y tostado por nuestros especialistas en torrefacción. Paramo Café, realza y representa la calidad de los granos de café venezolanos, y es producto gourmet accesible a todos los consumidores. Como fanáticos del café y exploradores de nuevos, finos y exquisitos sabores, creamos Paramo Café. Nacimos con la misión de ofrecer el más exquisito café venezolano, buscando repotenciar la gran calidad de nuestros granos, reconocidos mundialmente. Es así como creamos un producto accesible a todos los consumidores para ser degustado en espacios únicos y cálidos, donde las personas se reúnan para compartir agradables momentos y tener una experiencia 100% placentera, servidos con una esmerada atención en las locaciones más icónicas de nuestro país.
No solo son expertos en carnes, también lo son en sopas, mariscos, y comida mediterránea. Pronto podremos encontrarnos para cocinarles los platos de su preferencia.
Restaurante La Estancia
Avenida Eugenio Mendoza
No solo son expertos en carnes, también lo son en sopas, mariscos, y comida mediterránea. Pronto podremos encontrarnos para cocinarles los platos de su preferencia.
BUDDHA-BAR llega a Caracas para impregnarnos de su místico “Arte de vivir”, influenciado por una variedad de culturas, que con sus tradiciones y buen comer nos invaden para deleitar nuestros sentidos. Este espectacular restaurant-lounge, situado en una de las zonas más concurridas de la ciudad, llega gracias a la constante búsqueda de ofrecer a los caraqueños un concepto único e innovador, el cual ya, con varias sucursales en el mundo, viene marcando pauta en cuanto a estilo y entretenimiento se refiere. Desde sus inicios en París, hace ya más de 19 años, hoy estamos orgullosos de formar parte de su expansión, transmitiendo así la energía positiva que ha venido cosechando con su amplia visión de empresa, con sus restaurantes, hoteles, spa, líneas de belleza y sobre todo su música. BUDDHA-BAR Caracas te invita a vivir la experiencia de viajar por tierras lejanas a través de su comida exótica y sus peculiares sonidos, transportándote así a un lugar en donde vivirás momentos inigualables.
Rest. Buddha Bar Caracas
212 Av. Orinoco
BUDDHA-BAR llega a Caracas para impregnarnos de su místico “Arte de vivir”, influenciado por una variedad de culturas, que con sus tradiciones y buen comer nos invaden para deleitar nuestros sentidos. Este espectacular restaurant-lounge, situado en una de las zonas más concurridas de la ciudad, llega gracias a la constante búsqueda de ofrecer a los caraqueños un concepto único e innovador, el cual ya, con varias sucursales en el mundo, viene marcando pauta en cuanto a estilo y entretenimiento se refiere. Desde sus inicios en París, hace ya más de 19 años, hoy estamos orgullosos de formar parte de su expansión, transmitiendo así la energía positiva que ha venido cosechando con su amplia visión de empresa, con sus restaurantes, hoteles, spa, líneas de belleza y sobre todo su música. BUDDHA-BAR Caracas te invita a vivir la experiencia de viajar por tierras lejanas a través de su comida exótica y sus peculiares sonidos, transportándote así a un lugar en donde vivirás momentos inigualables.
Somos un restaurante de comida internacional de inspiración comprometida con la vanguardia creativa, y todo en perfecta sintonía con un equipo que es ejemplo de amabilidad, de eficacia y de discreción. Un lugar mágico donde la cocina y las salas se integran en un todo armonioso, perfecto, en el que no cabe el más mínimo fallo. La cocina debe ser un juego pasional; pretendemos emocionar y tocar la fibra a nuestros comensales mediante la estética, aromas y técnicas que hemos ido perfeccionando a lo largo del tiempo para reunir los mejores sabores del mundo en un solo lugar.
Lola Restaurant
Avenida Transversal 5
Somos un restaurante de comida internacional de inspiración comprometida con la vanguardia creativa, y todo en perfecta sintonía con un equipo que es ejemplo de amabilidad, de eficacia y de discreción. Un lugar mágico donde la cocina y las salas se integran en un todo armonioso, perfecto, en el que no cabe el más mínimo fallo. La cocina debe ser un juego pasional; pretendemos emocionar y tocar la fibra a nuestros comensales mediante la estética, aromas y técnicas que hemos ido perfeccionando a lo largo del tiempo para reunir los mejores sabores del mundo en un solo lugar.
Inspirado en los sabores de ciudades como Lima, Santiago, San Francisco, Islas del Pacífico y otras más, proponemos una variedad culinaria que recoge esas influencias y las fusiona con una cocina de vanguardia, al estilo de Caracas.
Pacifico
Avenida 4
Inspirado en los sabores de ciudades como Lima, Santiago, San Francisco, Islas del Pacífico y otras más, proponemos una variedad culinaria que recoge esas influencias y las fusiona con una cocina de vanguardia, al estilo de Caracas.
Con más de 20 años de larga trayectoria que tenia la familia Estephan en el ramo de restaurantes, los hizo ir más allá de fundar un simple y común restaurant de Carnes, presentando en Caracas el concepto de churrasquería brasilera; A mediados del año 2001 este restaurant comenzó a hacer historia abriendo sus puertas en un pequeño local en pleno corazón de Los Palos Grandes, que durante 5 años estuvieron ofreciendo una calidad y servicio inigualable, tanto así que los llevo a expandir un poco el mercado, inaugurando el 2do local en Las Mercedes, un restaurant más amplio y moderno, en donde 3 años más tarde por causa de utilidad pública, se vieron afectados y obligados a abandonar este local, situación que sirvió de impulso para que terminaran de establecerse como uno de los mejores locales de la capital… Ahora Brazilian Grill abrió su nueva sede a final de la calle Paris de las Mercedes, justo frente de la tienda Nini & Amalia, inauguración que muchos estaban esperando, clientes, amigos, allegados, al final todos resultan ser parte de la majestuosa familia del Restaurant Brazilian Grill. Dándole gracias a Dios, Brazilian Grill ya tiene casi una década prestando su mejor servicio, esperando cada día mejorar y así poder contar con una familia más grande y valiosa, porque para nosotros Dios y la Familia son lo más importante.
Brazilian grill
Avenida Orinoco
Con más de 20 años de larga trayectoria que tenia la familia Estephan en el ramo de restaurantes, los hizo ir más allá de fundar un simple y común restaurant de Carnes, presentando en Caracas el concepto de churrasquería brasilera; A mediados del año 2001 este restaurant comenzó a hacer historia abriendo sus puertas en un pequeño local en pleno corazón de Los Palos Grandes, que durante 5 años estuvieron ofreciendo una calidad y servicio inigualable, tanto así que los llevo a expandir un poco el mercado, inaugurando el 2do local en Las Mercedes, un restaurant más amplio y moderno, en donde 3 años más tarde por causa de utilidad pública, se vieron afectados y obligados a abandonar este local, situación que sirvió de impulso para que terminaran de establecerse como uno de los mejores locales de la capital… Ahora Brazilian Grill abrió su nueva sede a final de la calle Paris de las Mercedes, justo frente de la tienda Nini & Amalia, inauguración que muchos estaban esperando, clientes, amigos, allegados, al final todos resultan ser parte de la majestuosa familia del Restaurant Brazilian Grill. Dándole gracias a Dios, Brazilian Grill ya tiene casi una década prestando su mejor servicio, esperando cada día mejorar y así poder contar con una familia más grande y valiosa, porque para nosotros Dios y la Familia son lo más importante.

Nasihat bandar

Cara Bergerak Ke Kawasan Sekitar

Los servicios de transporte publico

Los servicios de transportes públicos son diversos tenemos el sistema Metro (Metro, Metrobus, MetroCable) los cuales recorren el 70% de toda la ciudad y otros semi-publicos como Camioneticas (Buses urbanos), taxis privados para mayor seguridad y comodidad pero si necesitas velocidad la mejor opción son mototaxis. ¡Estos servicios se cancelan en efectivo!